Sinopsis
El proceso de renovación científica y filosófica que eclosiona en el siglo XVIII ubica al hombre como eje de toda civilización. De ahí que se intensifique el estudio de aquél y el surgimiento de asociaciones como la Sociedad de Observadores del Hombre, cuyos miembros creyeron haber hallado un salvaje al encontrar un niño crecido en un aislado rincón provinciano. Fue este fascinante experimento que aplicó las teorías de Condillac y Cabanis, y las observaciones prácticas de Itard y Pinel, reproducidas en las páginas de este volumen.
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